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Cochabamba lidera el camino hacia la sostenibilidad agroecológica en Bolivia

Cochabamba se ha consolidado como el epicentro de la producción agroecológica en Bolivia, con más de 3 mil productores registrados bajo los Sistemas Participativos de Garantía (SPG)

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Juan Martínez, director regional del Senasag, destacó que los SPG, contemplados en la Ley 3525, permiten organizar a los productores en ámbitos productivos, de control y comercialización, reduciendo los costos de certificación. Mientras que las certificadoras privadas cuestan entre 6 mil y 7 mil dólares para un año, el modelo nacional tiene un costo de 4.829 bolivianos para cinco años y de un salario mínimo para un año, financiable comunitariamente. Además, este sistema fomenta la confianza y transparencia entre productores, consolidando su cohesión. La Ley 3525 es un instrumento clave para promover la producción agroecológica a nivel nacional. Cochabamba se ha convertido en el ejemplo más avanzado de su implementación, gracias al compromiso de los productores y las instituciones que los apoyan. Este enfoque está alineado con las tendencias globales hacia sistemas alimentarios más sostenibles y resilientes. Aunque el Senasag no tiene competencia directa en capacitación, colabora desde 2010 con la FAO en iniciativas como Ventana Ecológica y el desarrollo de la quinua ecológica. Este trabajo ha impulsado un crecimiento notable: el número de productores ecológicos pasó de 10 a más de 3 mil. Entre los productos certificados destacan la coca, naranja, banano, piña y cacao. La coca ecológica sobresale por su precio competitivo, que alcanza entre 45 y 50 bolivianos por libra, casi el doble del precio de la coca convencional. Este diferencial no sólo beneficia a los agricultores, sino que también refuerza la percepción de calidad y sostenibilidad de los productos ecológicos. Los esfuerzos de capacitación también incluyen a instituciones educativas y organizaciones no gubernamentales, que trabajan en la formación de nuevas generaciones de agricultores. Estos programas aseguran la transferencia de conocimientos sobre prácticas ecológicas y fomentan el desarrollo de técnicas innovadoras para mejorar la productividad y sostenibilidad de las fincas. Cochabamba es el único departamento que ha implementado plenamente la Ley 3525, vigente desde hace 16 años. En enero, se llevará a cabo la primera Cumbre Departamental Ecológica, enfocada en cinco pilares para generar políticas departamentales productivas: investigación fitosanitaria, cambio climático y agua, economía ecológica, legal productivo y finanzas (costos de producción, mercado y precio), cuyo modelo dio lugar a generación de leyes departamentales, regionales y municipales, como es el caso de la Ley Apícola, Ley del Durazno, Ley de la Manzana y Ley de la Leche. El abanico de productos ecológicos en Cochabamba incluye hortalizas como zanahoria, tomate y lechuga, así como frutas como manzana y chirimoya. Además, productos como miel certificada incorporan códigos QR para garantizar su autenticidad. En el trópico cochabambino, cultivos como banano, piña, yuca, café y cítricos tienen un alto potencial de exportación. Este modelo no sólo asegura alimentos libres de químicos, sino que también mejora su calidad nutricional y sabor. El Senasag ha forjado alianzas con la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba para fortalecer la provisión de alimentos certificados en mercados locales e internacionales. Estados Unidos ya ha mostrado interés en productos como quinua y café con valor agregado. Simultáneamente, se exploran oportunidades en la Unión Europea y Asia, donde la demanda de alimentos ecológicos sigue creciendo gracias a su valor ambiental y trazabilidad. Entre los principales desafíos está la optimización de los costos de producción, un objetivo que se busca alcanzar mediante la fabricación comunitaria de insumos como compost e insecticidas naturales. También se avanza en la construcción de una planta procesadora de jugos en Capinota para fortalecer la producción local. En cuanto al acceso a financiamiento, el Gobierno departamental trabaja en un fondo de créditos blandos para productores ecológicos, con el fin de ampliar su capacidad productiva y mejorar la infraestructura agrícola. Además, se exploran opciones de financiamiento internacional a través de organismos multilaterales interesados en apoyar iniciativas sostenibles. El modelo agroecológico no sólo promueve prácticas sostenibles, sino que también contribuye a la conservación de la biodiversidad y la reducción de la huella de carbono. Los agricultores implementan sistemas de riego tecnificado y técnicas agroforestales para optimizar el rendimiento mientras minimizan el impacto ambiental. Además, las ferias agroecológicas y mercados locales facilitan la comercialización directa, garantizando precios justos para los productores y acceso a alimentos saludables para los consumidores. Estas ferias también funcionan como espacios educativos donde los consumidores pueden aprender sobre los beneficios de los alimentos ecológicos y las prácticas sostenibles.